Como parte de las actividades que albergará el Museo Jumex del 2 de abril al 18 de septiembre en la Ciudad de México, se presenta 'Urs Fischer: Lovers' una retrospectiva de 25 años de uno de los artistas actuales más célebres a nivel internacional. Organizada por el curador invitado Francesco Bonami, reúne piezas nuevas realizadas para el museo con obras procedentes de colecciones públicas y privadas internacionales, así como del propio archivo del artista. En conjunto, las obras muestran la amplia creatividad, humor y profundidad de la práctica del artista.
Erigida sobre la plaza principal del museo y creada específicamente para el Museo Jumex, The Lovers #2 es una escultura monumental de 10 metros de altura realizada en aluminio fundido, acero inoxidable y hoja de oro, que muestra dos formas que se encuentran, una en equilibrio sobre la otra. Instalada en la plaza del museo, la escultura dialoga con la arquitectura del museo, diseñado por David Chipperfield, y hace partícipes a los espectadores de un juego de múltiples referencias de la historia del arte que son temas recurrentes en la práctica de Fischer. La muestra se organiza temáticamente y cada planta del museo ofrece al espectador una experiencia distinta, creando cambios de emoción y percepción, fomentando tanto la mirada concentrada como la distanciada.
En la galería 3, un paisaje es creado por una variedad de esculturas y pinturas que han sido producidas a lo largo de la carrera del artista. La cacofonía de estilos, mensajes, escalas y relaciones ofrece a los visitantes una mirada al proceso creativo inicial de Fischer. Dedicado a los detalles más que a las obras espectaculares, Fischer anima al visitante a desplazar su mirada desde las obras pequeñas —una lengua mecánica que sobresale de una pared (Noisette, 2009)— hasta las esculturas más grandes, como una cama aplastada bajo un montón de hormigón (Kratz, 2011). Obras que parecen un juego de manos, como un inodoro llena de fruta fresca (Untitled, 2015), hacen referencia a los ready-mades de Marcel Duchamp. Una escoba levantada por un globo (A PlaceCalled Novosibirsk, 2004), una mariposa posada sobre un croissant fresco(Nickname, 2009) ponen de manifiesto cómo la obra de Fischer es un diálogo entre la sencillez y la complejidad. Una silla y un encendedor injertados uno sobre el otro (You Can Not Win, 2003) es una imagen a la que el artista ha vuelto recientemente en su exploración del nuevo mundo digital del arte de los NFT [Non Fungible Token (Token no fungible)].
La segunda planta del museo evoca al rococó. Una gran instalación de gotas de lluvia (Melody, 2019) ocupa la mayor parte de la galería. Un par de caracoles mecánicos (Maybe, 2019) se desliza lentamente por el espacio y una puerta de madera encantada [Untitled (Door), 2006] añade un ambiente de cuento de hadas a la experiencia.
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En el primer piso, un rinoceronte de aluminio bombardeado por una infinidad de objetos (Things, 2017) es la pieza central. La figura de tamaño natural de un rinoceronte representa la historia de la humanidad, que se apoya en la agresión y el consumismo, un monumento a la permanencia y el consumo, la entropía y la gravedad. En la misma galería, los retratos en vela de Fischer arden continuamente. Visto a través de la ventana de la galería, un esqueleto (Invisible Mother,2015) sirve de recordatorio de que no todo desaparece cuando cruzamos el umbral hacia otro mundo.
Para más información visita Museo Jumex.
.jpg?1649909263 "Urs Fischer presenta su primera gran exposición para México y América Latina en el Museo Jumex")
